El médico alemán (Lucía Puenzo, 2013)

El médico alemán…

…»Misteriosa armonía en la imperfección de sus medidas»…

Nos situamos en la década de los 60 en la Patagonia argentina, inmersos en un paisaje inconmensurable y hermoso a partes iguales. La película nos muestra la relación de un médico alemán; Mengele, interpretado por un inquietante Álex Brendemühl obsesionado por la pureza genética, y una familia a la que estudia con detalle en su cuaderno de notas, especialmente el anómalo crecimiento de Lilith (Florencia Bado), la hija pequeña, y el embarazo de Eva (Natalia Oreiro), su madre, bajo la sospecha del siempre desconfiado Enzo (Diego Peretti), padre de la familia.

Lucía Puenzo, directora y autora de la novela en la que se basa el film, intenta llevarnos por un camino inhóspito en una atmósfera que quiere ser aterradora, pero que no llega a crear la tensión e incertidumbre completa que pretende. La interpretación de Brendemühl acierta en físico y forma con el perfil de Doctor terrorífico y sádico que debe ser Mengele, sin embargo el desarrollo de la trama se hace en ocasiones un poco lento, haciéndonos salir accidentalmente del clima de tensión en el que tendríamos que permanecer durante toda la película, pero favoreciendo la poesía con la que la directora parece querer contar la historia (guardando así cierto paralelismo con los paisajes).

Cabe destacar la analogía entre las muñecas que fabrica Enzo, buscando la perfección y parecido real (absolutamente escalofriante), y la pureza que quiere encontrar el médico en el ser humano, como súperhombre, experimentando sin ningún tipo de pudor o corazón (corazón que las muñecas sí tienen…) con todo aquel que se le pueda poner por delante.

Aunque inquietante, la historia se muestra previsible según va avanzando la narración, y tarda demasiado en cambiar de tercio para aterrarnos y sumergirnos en los escalofríos que realmente produce la trama. Bien es cierto que el espectador permanece atento en su butaca durante los 90 minutos de duración, pero también es verdad que si se quiere disfrutar de la película hay que tener en cuenta que no se va a ver un filme de acción, sino que nos encontraremos con un drama que se intenta prolongar, y hay que ir predispuesto a ello.

Las interpretaciones de los actores principales (arriba mencionados) logran que nos lo creamos, especialmente el papel del médico que ya citaba en el primer párrafo, que hiela con la mirada, algo que podría haberse explotado más.

En general me ha gustado la película, me ha gustado su obesión… pero me he quedado con ganas de haber sufrido más.

@AreaMN